La insulina y el cortisol influyen en el dolor crónico
A la pregunta si la insulina y el cortisol influyen en el dolor crónico, la respuesta es SÍ.
Es importante entender la inflamación y hormonas – la insulina y el cortisol desde los aspectos tanto emocionales como físicos.
Para entenderlo en aspectos físicos, no podemos dejar de lado las hormonas.
Las hormonas son las que más influyen en las alteraciones metabólicas.
Una de las principales es la insulina seguida por el cortisol.
Primero hablaremos sobre esta hormona (la insulina) para que tengas mayor claridad sobre la incidencia de ésta en la inflamación.
¿Dónde se produce la insulina?
La insulina es producida en el páncreas y su función principal es regular el comportamiento de la glucosa en el cuerpo, después de ingerir los alimentos.
Una vez que los nutrientes pasan al torrente sanguíneo la insulina se activa en el cuerpo. El páncreas recibe esta alerta para la identificación de la glucosa, un ejemplo de fuente de glucosa son los carbohidratos.
De esta manera la identifica y es ahí donde se genera la insulina. Ésta toma las moléculas de la glucosa, las cuales son las encargadas de proporcionar la energía y envía el 80% de ella a los órganos que la requieren, el 20% lo aloja en el hígado y el exceso lo alberga como grasa.
Una cantidad adecuada de esta hormona es necesaria para el organismo, pero el exceso puede generar grandes desórdenes metabólicos.
En los últimos 50 años se ha quintuplicado en el planeta la diabetes tipo 1, la cual es una enfermedad autoinmune en la que el páncreas no puede producir insulina, esto debido a que la glucosa que ingiere la persona no tiene una guía que lo lleve a los órganos indicados. Entonces los niveles de glucosa serán elevados en sangre y producirán diferentes tipos de afectaciones, a menos de que sea inyectada en el cuerpo (El milagro metabólico – Dr. Carlos Jaramillo).
¿Qué pasa cuando hay exceso de glucosa?
Cuando hay exceso de glucosa en el organismo (producida por el exceso de carbohidratos o por medicamentos que generan su producción), se empieza a generar una resistencia a la insulina, puesto que las células tienen un límite en el almacenamiento de esta.
La resistencia se genera tanto dentro como fuera del hígado y es ahí donde la glucosa llega de manera directa, dando como resultado el llamado hígado graso. El cual no es generado por el consumo de grasas, sino por el exceso de carbohidratos y azúcares en nuestra dieta.
Los macronutrientes que son los carbohidratos, proteínas y grasas, son los primeros que más incentivan la generación de insulina. Sin embargo, no se puede comparar el efecto del brócoli, que es carbohidrato, al que provoca un trozo de pan blanco como fuente de carbohidrato.
De los 3 macronutrientes, el que menos estimula la insulina son las grasas saludables, como por ejemplo el aceite de oliva, de coco, aguacates, aceitunas. etc.
Es por ello que una dieta alta en grasas saludables y con buenos carbohidratos vegetales en mayor parte, se producirá menos insulina y por ende tendrás un mejor funcionamiento metabólico. El cual es indispensable para el control y mejor manejo de tu autoinmune.
¿Qué es el cortisol?
El cortisol es una hormona esteroidea que se produce en la glándula suprarrenal. Está directamente relacionado con nuestro sistema nervioso parasimpático que es el encargado de activar las respuestas del cuerpo ante una amenaza, o ante la generación de estrés.
El cortisol es entonces el que nos permite activar el sistema de huida cuando se presenta alguna señal de peligro (como cuándo nuestros antepasados huían de un tigre dientes de sable)
Por lo tanto, es vital para la adaptación frente a las diferentes situaciones que se nos presentan en la vida, como el estrés generado por una enfermedad crónica, estrés emocional, estrés por un nuevo comienzo y demás. Y, ¿porqué es importante esta adaptación? porqué ayuda a nivelar el sistema nervioso y permite que la inflamación permanezca controlada.
Es por ello que cuando se presentan ataques de ansiedad, miedo extremo o depresión, nuestro cuerpo recurre a este mecanismo de defensa y es ahí donde se da una activación del sistema nervioso, llevando a una reacción del sistema inmunológico y desencadenando en inflamación y dolor crónico.
¿Qué pasa si la insulina y el cortisol se unen?
Cuando la insulina y el cortisol se unen, las alarmas se encienden, porque a mayor cantidad de cortisol, mayor será la producción de insulina, y cuando la insulina se eleva, también se eleva el cortisol, por lo tanto, es un círculo vicioso.
Este comportamiento se puede ver en personas con condiciones autoinmunes, como en este caso la artritis, a quienes le inyectan medicamentos análogos o similares al cortisol, como los corticoides. Como lo fue mi caso, que durante muchos años estuve bajo la medicación de prednisolona (un corticoide).
Aunque los corticoides son muy buenos antiinflamatorios, el uso prolongado puede traer afectaciones en el largo plazo en otros órganos del cuerpo.
¿El estrés en que afecta?
Ahora, es importante entender que el estrés con el tiempo puede volverse crónico y este precedente podrá convertirse en un problema que lleve al desarrollo de enfermedades o dificultades a nivel físico.
pero, ¿porqué pasa todo esto? por los cambios bioquímicos que se generan en el cuerpo por la generación de cortisol, que a su vez llevan al incremento de la insulina.
Por eso hoy, para finalizar con la explicación de las hormonas, te invitamos a que pares y analices profundamente los niveles de estrés de tu vida y verifiques cómo podrían estar afectándote.
¿Has notado que cuando pasas momentos de estrés alto, con emociones como rabia, mal genio, o cuando tienes problemas de sueño, tu inflamación aumenta?
Empieza a evaluar estos avisos para poder identificarlos y de esa manera gestionarlos.
Así concluimos que la insulina y el cortisol influyen en el dolor crónico.
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